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lunes, mayo 19, 2008

El 68% de los niños superdotados fracasa o deja los estudios

Fuente: Publico.es.

"Me aburro..." es la frase más repetida por Miguel, de 10 años, con inquietudes sobre astronomía y zoología, y un cociente intelectual de 130, pero sus padres temen que acabe, como el 68% de los niños superdotados, en fracaso escolar. Una juez de Madrid ha reconocido su derecho a una atención educativa específica.

En cada aula puede haber un niño con alta capacidad intelectual o un talento específico, aunque muy pocos están identificados y complementan su formación.

Enrique es uno de ellos. Estudia segundo de ESO, pero además pasa algunas tardes en la Escuela de Ingenieros Agrónomos, donde realiza una investigación sobre Edafología, o en la de Arquitectura, donde estudia el impacto de terremotos en los materiales de construcción, y tiene 12 años.

El 2% de la población, unos 300.000 alumnos españoles, según los estudios, tiene potencialmente altas capacidades, pero apenas unos 3.000 están reconocidos por el sistema educativo, con medidas de flexibilización o aceleración de cursos.

Y muchos se desmotivan, rinden poco, se aislan y, al llegar a la adolescencia, sin hábito de trabajo, suspenden o abandonan los estudios.

El fracaso escolar entre estos 'cerebros' es "superior al 68,3%", asegura Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, directora de Sapientec, que imparte cursos de formación preuniversitaria a medio centenar de menores seleccionados por la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST) y becados por la Politécnica de Madrid (UPM).

Las asociaciones de padres critican la demora en identificar a estos alumnos y aplicar la Ley, que establece adaptaciones curriculares para su progresión.

MIGUEL

La batalla de los padres de Miguel empezó cuando tenía cinco años. El pequeño caminó muy pronto, sin gatear. "Tenía un vocabulario amplio, distinto" -declara a Efe Olga, su madre-.

A los dos años conocía el nombre de más de 200 animales. A los tres, hablaba de la muerte, aprendió a leer antes que sus compañeros y se expresaba como un 'catedratiquillo'.

Pero Miguel lloraba y lloraba por ir al 'cole', no jugaba con niños de su edad, y sus padres, Olga y Marco, buscaron ayuda.

La psicóloga de su colegio en Fuenlabrada (Madrid) les alertó de su capacidad intelectual, y en la AEST le reconocieron como un niño superdotado que "no estaba integrado, que sufría". Otra evaluación psicológica privada determinó su "ansiedad cognitiva y desajustes afectivos", por lo que lleva dos años en tratamiento.

La familia solicitó en 2004 a la Comunidad de Madrid una valoración completa del pequeño, y los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP) determinaron -según Olga- que, aunque su cociente intelectual era elevado, "no tenía persistencia en la tarea escolar", indispensable para recibir atención específica.

"No entraba en los parámetros que marcaban, pero el niño estaba mal, y algo había que hacer...", añade Olga. Y acudieron a los tribunales.

La titular del Juzgado 24 de Madrid, tras analizar los informes públicos y privados sobre el menor, reconocía en marzo su derecho a medidas educativas especiales por sobredotación intelectual, avalada por equipos no oficiales, y condenaba a la Administración a aplicarlas. Es la primera sentencia favorable en la Comunidad, según la presidenta de la AEST, Alicia Rodríguez Díaz-Concha.

La Consejería de Educación ha recurrido, informaron a Efe fuentes de este Departamento, y alega que la evaluación del niño "es competencia exclusiva" de los EOEP, "que no consideran que tenga esas necesidades especiales", y que "un informe privado no puede modificar esa evaluación".

El niño "va mejorando, aunque sigue sin querer ir al colegio, poniéndose triste", afirma la madre. "No queremos que sea un Premio Nobel, queremos que sea feliz".

3.020 IDENTIFICADOS

En el curso 2005-2006, últimos datos disponibles, el Ministerio de Educación tenía identificados 3.020 alumnos con sobredotación intelectual, según datos facilitados a Efe.

De ellos, 87 cursaban Educación Infantil, 1.807 Primaria, 976 Secundaria, 149 Bachillerato y uno FP de Grado Medio. Un tercio (970) en centros privados y el resto (2.050) en públicos.

Más de una cuarta parte estudiaba en Andalucía (836 alumnos), seguido de Madrid (473), Castilla y León (302), Galicia (244), C.Valenciana (211), Murcia (130), Canarias y Cataluña (ambas 121), Navarra (113), Castilla-La Mancha (106), Extremadura (67), País Vasco (64), Baleares y Cantabria (ambas 60), Aragón (49), Asturias (45), La Rioja (17) y Ceuta (1).

INVESTIGADORES PEQUEÑOS

Reconocidos por informes públicos o privados, hasta medio centenar de estos chicos, todos con un cociente superior a 130 -nivel de sobredotación- asisten gratuitamente, hasta julio, a cursos de formación e innovación científica en escuelas de la Universidad Politécnica, adaptados a sus capacidades y forma de aprendizaje.

Enrique, el que realiza una investigación sobre la composición de los suelos agrícolas y los cultivos más convenientes, y otra sobre sismología y materiales de construcción, es el más pequeño.

Está en segundo de ESO y "debería estar en segundo... pero de carrera", explica la profesora y creadora del programa, Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, una de las más altas capacidades, con un cociente de 218, capaz de conectar bien con ellos.

Amparo, alicantina, de 17 años, termina bachillerato e investiga sobre cáncer, las mutaciones genéticas y la producción de células cancerígenas. Es una de las pocas chicas en el grupo. Ellas, según los expertos, son más reticentes a admitir sus capacidades por miedo a ser rechazadas en su entorno.

De la misma edad, Daniel, según Rodríguez de la Torre, puede estar hablando simultáneamente de tejidos celulares, del bambú en Argentina y del Tecnecio. "Si no eres capaz de responder a todas sus inquietudes, se desconecta. Es como una partida de ajedrez muy rápida".

Son capaces de "interrelacionar datos a siete u ocho bandas", agrega la profesora. Aprenden de manera distinta, hay que provocar que piensen y resuelvan. "Su velocidad de procesamiento de datos no va con la repetición, cogen las cosas al vuelo. No pueden estar copiando de una pizarra, se mueren de asco, ellos hacen una fotografía mental de cualquier cosa".

Tienen una edad cronológica, tercia la presidenta de AEST, "pero su edad mental está muy por encima. No se entienden con sus compañeros, no tienen los mismos intereses ni las mismas normas", y pueden llegar a la hiperactividad, depresión, enfermedades psicosomáticas, bulimia o anorexia.

lunes, mayo 12, 2008

Forzar a los jóvenes a leer clásicos es un error para promover la lectura

¿Por qué los niños no leen? Ésta es una pregunta que un incontable número de padres y expertos se realizan y que muchas veces es la consecuencia de forzar a los jóvenes a leer obras que, a pesar de ser clásicos, no están adaptadas ni a sus gustos ni a su edad. Los últimos esfuerzos de las administraciones públicas para convencer a los jóvenes de que hay algo más que videojuegos, MP3 o Internet se dirigen al fomento de lecturas que "les enganchen" y que ayuden a superar el esfuerzo mínimo que supone abrir las páginas de un libro.

El coordinador provincial del Plan de Lectura y Biblioteca de la Junta de Andalucía, José Antonio Ruiz, ha explicado a Efe que lo más apropiado para que los chavales se acerquen a la lectura es empezar por obras que les atraigan, ya que "comenzar con un clásico no deja de ser un error", y lecturas como 'La Celestina' o 'El Quijote' "deben ser el resultado de una experiencia lectora". Otro de los elementos fundamentales que ayudan a crear hábitos de lectura en los más pequeños es la implicación directa de las familias y el ejemplo que se les da en los hogares, ya que "los niños funcionan con frecuencia por imitación" y, si ven a los padres leer, "muy probablemente ellos serán lectores".

En opinión del responsable de ediciones de la editorial Almuzara, David González, cada año en las estanterías de las bibliotecas aparecen nuevas historias, héroes y villanos aunque la esencia de los libros sigue siendo la misma porque "los gustos de los jóvenes no han cambiado con el tiempo". Señala además que la fantasía es el género más vendido y cuando se habla de literatura juvenil, "es casi obligatoria" una referencia a la saga de Harry Potter, que es de los más vendidos de un género que los ingleses llaman "young-adult" (jóvenes-adultos).

Al margen de la importancia de respetar el gusto de los más jóvenes, también a las familias hay que enseñarlas ya que, según explica la concejala de Educación e Infancia del Ayuntamiento de Córdoba, Elena Cortés, los padres deben conocer cuáles son los libros más acordes y "muchas veces no tienen conocimiento de qué se publica en literatura infantil y juvenil". Cortés, quien recomienda a los padres que regalen libros, avala la cantidad de literatura infantil que existe actualmente y ha señalado que es bueno "que los chavales comiencen con un fenómeno de masas si eso posibilita que den el salto a otra clase de géneros".

Sobre este aspecto, José Antonio Ruiz afirma que la enseñanza de la lectura es algo tan "largo y complejo" que "ni siquiera los adultos terminamos de aprender a leer" por las infinitas posibilidades que ofrece el lenguaje, y que se nota en la escasa capacidad de comprensión de los niños en la lectura de textos. El coordinador provincial del Plan de Lectura ha destacado que esa falta de comprensión afecta a todas las asignaturas, "y no sólo a Lengua y Literatura", como refleja el habitual fracaso en matemáticas "por no comprender los enunciados de los problemas".

Para fomentar el hábito lector, Ruiz apuesta por las bibliotecas de los centros escolares como "el lugar idóneo" para aprender a escoger y hacerlo en un espacio que debe ser "luminoso, agradable y que invite a estar y leer". "Es un disparate que aún existan bibliotecas con vitrinas cerradas para resguardar los libros", así de contundente defiende este experto la apertura del conocimiento de lugares "especiales" que deben "estar bien dotados", no sólo para la literatura sino para cualquier temática relacionada con las materias escolares.

Fuente: La Voz de Asturias.